viernes, 5 de noviembre de 2010

2 de Noviembe Dia de los difuntos

DIA DE LOS DIFUNTOS



El 2 de Noviembre en todo el país los cementerios tuvieron afluencia de público. En Pujilí a 15 minutos de Latacunga el día de los finados empezó temprano. Desde las 6 de la mañana empezaron a desfilar los indígenas de la zona para homenajear a sus parientes llevándoles sus comidas preferidas. Esa es la tradición en todos los años.
Este cementerio alberga a más de un millar de difuntos. La manera desordenada en la que están distribuidos obliga a transitar sobre las tumbas. El acceso fue difícil por la falta de senderos y por la afluencia de público.

El rito que los indígenas hacen frente a sus difuntos atrae también a los turistas, y no faltaron los curiosos y estudiantes como nosotros que buscábamos tomar una foto, una historia o simplemente descubrir una tradición que aún se mantenga. Lo característico era ver a familias portando ollas y canastos medianos  en el cual llevaban comida, velas, o simplemente algo de pintura para arreglar sus tumbas. Algunos esperan la presencia de los rezadores que se encargan de ofrecer un Padre nuestro, un Avemaría. Un Gloria y uno que otro cántico en quichua. Estos rezadores cobran por su servicio, ya sea en plata o en comida.
 Después del rezo se sirven los platos llenos de comida que por lo general era lo que más le gustaba al difunto. Y para completar las guaguas de pan y la colada morada. Todas las viandas están reposando sobre los nichos y de allí se comparte con los asistentes.

Es una pena que las tradiciones se estén perdiendo, ya que los indígenas no pueden acudir al cementerio con tranquilidad  porque  se cohíben ante la gente que no respeta sus ritos y solo acuden para mirar y preguntar que hacen y por qué lo hacen. La celebración dura apenas una  o dos horas, ahora ya son pocos los que dejan la comida para que el alma del muerto se alimente. Esta es una señal para decir que la muerte no es el fin sino el comienzo de otra u otras vidas. Luego la gente se queda para la misa general que se celebra a nombre de todos los muertos.  
Es una pena que en las entradas de los cementerios se formen aglomeraciones gracias a los vendedores ambulantes que se toman cualquier rincón  vacío para  ofrecer tarjetas, flores e incluso comidas.

En el día de los finados la gente revive los recuerdos y rezan por el alma de aquellos seres que un día ocuparon un lugar importante en sus vidas.













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